Normalmente, cuando fallece alguien de la familia o alguien muy cercano lo recuerdas a diario, o casi diario, según el roce que tuvieras con él y lo importante que fuera para tí en la vida. Hay casos, en los que recuerdas a esa persona, no solo una vez, sino varias. Al final te acostumbras a vivir así, incluso te da cierta alegría cuando lo recuerdas y revives anécdotas, historias, cualquier detalle. A veces sigues llorando...cada vez menos, porque hay que seguir viviendo, pero hay momentos siempre en los que una lagrimilla se puede escapar.
Pero suele ser difícil que este sentimiento, todas estas cosas te sucedan con un "extraño", con alguien que no sea de la familia o de tu círculo cercano, con alguien con el que no hayas cruzado ni una sola palabra en la vida de ambos. Curioso. No, curioso no, normal. Sin embargo tú lo has conseguido Antonio. Hoy hace un año que nos dejaste, pero hoy tambien hace solo 5 días en los que volviste a enmudecer el Sánchez-Pizjuán, solo 5 días desde que volví a derramar lágrimas al recordarte, al verte hacer lo que más te gustaba, jugar al fútbol.
Yo soy de los que creo que hay algo más despues de la muerte, por eso quiero pensar que estés donde estés, sigues pendiente de tus cosas, de tu equipo, de tus padres, de tu familia, de tu mujer y sobre todo de tu hijo. No sé qué pensarás cuando ves todo lo que ha pasado tras tu muerte, como has sido capaz de volver a unir lo que parecía imposible, cada uno por su lado, rivales en el campo, pero respetándose. No sé qué pensarás cuando vez cada partido en el Ramón Sánchez Pizjuán a más de 40.000 voces recordando tu nombre y tu figura. No sé que pensarás cada vez que sientas o notes, que alguien vuelve a llorar por tí.
Pero es que es mucho lo que nos diste Antonio, mucho, más de lo que cualquiera pudiera imaginar. Pero no solo como futbolista, sino como persona. Como futbolista fuiste capaz de abrir la puerta de los mayores éxitos del fútbol andaluz, la puerta de un ciclo que para sí quisieran muchos de los llamados "grandes". Ni el más optimista de los sevillistas pensaba que esa puerta se abriera de esa forma.
Como persona, tus hechos quedarán guardados para ejemplo de cualquier niño, de todos esos que cada día corren y revolotean por la ciudad deportiva. Antonio Puerta, aquél que era capaz de entrenar solo un 1 de Enero para mejorar como futbolista; aquél que luchó por su sueño de triunfar con el equipo de toda su vida cuando lo más fácil hubiera sido marcharse a un equipo de segunda división como cedido; aquél que llenaba el vestuario de alegría y levantaba el ánimo de los compañeros cuando más lo necesitaban.
Es mucho lo que nos diste Antonio, y mucho lo que nos queda a nosotros por recordarte para saldar nuestra deuda contigo. Gracias Antonio, allí donde estés, Gracias.
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