Memorable. El Sevilla Campeón ha vuelto. Memorable. El ambiente mágico del Pizjuán ha vuelto. Memorable. La conexión equipo-afición llega a su cúlmen máximo. Memorable. El polvo de estrellas baja de la nube y vuelve a la realidad... Y eso que en la Ser en el minuto 40 de la primera mitad aún decían que el Madrid se llevaría el partido al final. Pues como se dice ahora: ZAS en toda la boca!!
(El de negro de la fotito merecería un post aparte, pero seguro que entonces me cerraban el Blog, si escribiera todo lo que pienso de él)
Había muchas ganas en Nervión por ver el partido de hoy, por ver si verdaderamente el equipo podía al menos inquietar de forma seria a los dos grandes, por ver si realmente teníamos esa plantilla que todos queríamos, por ver si la magía de Nervión mandaba a la venta al Madrid de los más de 250 millones de florentino.
Y vaya partido, vaya equipo, vaya ambiente, vaya afición.
El golpe en la mesa del Sevilla hoy no hace más que confirmar lo que todos intuíamos, y es que este es el único equipo en España a día de hoy capaz de hacer sombra a Madrid y Barcelona. Golpe en la mesa de los que duelen, jugando al futbol de la escuela sevillana, con dos autopistas en las bandas (Marcelo y Sergio Ramos soñarán durante unos días con las bandas sevillistas). Golpe en la mesa donde de no ser por Casillas, el Madrid se lleva un saco hoy del Sánchez Pizjuán.
Golpe en la mesa con un Drago Gigante, al que mucho querían jubilar este verano, con un Konko inconmensurable, tanto de lateral como de central tras la lesión de Squillaci, con un Navas que ha realizado uno de sus mejores partidos con la camiseta del Sevilla (¿Con cuál iba a ser?¿con la española? No, mejor para eso que se lleven a otros), con un Zokora barriendo y barriendo campo, con un Perotti que sigue deslumbrando a cada partido, con un Renato que vuelve a ser determinante y a marcar sin necesidad de quitarlo del mediocentro, con un Fernando Navarro recuperado para la causa, con un Adriano al que solo le falta jugar de portero, con un Luis Fabiano capaz de inventar el fútbol a cada pelota que toca, con un Negredo al que no querían allí pero del que hoy se han acordado, con un Kanouté que es la clase en su estado más puro, con un Palop que a sus 35 años promete seguir dándonos mucha tranquilidad atrás, y con un Capel, que bueno, que a ver si se entera que debe de ayudar mucho más en tareas defensivas porque si no ganamos este partido, lo más seguro hubiera sido en alguna de las llegadas del Madrid por la derecha donde el almeriense dejaba solo a Fernando Navarro.
Foto: EFE
El partido ha sido de los que merecen ser grabados y guardados. Con un Sevilla presionando muy arriba, casi siempre en campo contrario, y saliendo en avalancha ofensiva en cuanto tenían el balón en su poder. Es cierto, que en ciertas fases del partido pudo marcar cualquiera y que éste se convirtió en un correcalles, pero al Madrid se le veía, fundido, sin ideas y como casi siempre, con demasiados jugadores intentando hacer la guerra por su cuenta.
Una cosa ha cambiado en este equipo con respecto al año pasado. La pasada temporada, tanto con el 1-0, como con el 2-1, hubiéramos visto a un Sevilla metido debajo del larguero de Palop, rezando por no encajar gol. Este año, este Sevilla, tiene hambre, mucha hambre, y aún por delante, y aún teniendo enfrente al equipo de CR9 (algunos ya han dicho que han perdido porque el colega no ha jugado, juas), el Sevilla quiere más, mucho más. Y eso es magnífico.
Magnífico. El Sevilla grande ha vuelto. Ahora a disfrutarlo. De todas formas, seguro que seguiremos siendo el equipo invisible para muchos.
Y ahora a disfrutar:
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