viernes, 26 de octubre de 2007

JUANDE RAMOS SE DESPIDE DE LA AFICIÓN DEL SEVILLA F.C.

Querido amigo sevillista:

Hoy quiero dirigirme especialmente a ti. En un momento donde los sentimientos y las emociones alteran la rutina, resulta muy difícil dilucidar qué camino hay que escoger. Para mí el Sevilla F.C. representa la época personal y profesional más importante de mi vida. Todo lo que yo he recogido de su afición, directiva y jugadores es incalculable, como imposible de describir en palabras. Mi gratitud será eterna.

Por eso, esta decisión de dejar el conjunto hispalense que ahora tomo representa la elección más complicada de un profesional. Yo soy un trabajador, nunca he tenido una proyección profesional sencilla. Mi camino se inició tras mi obligada retirada como futbolista por una lesión en edad demasiado temprana. Ahí comprendí que sólo el sacrificio podría ayudarme a crecer. Cada paso que he dado siempre ha estado acompañado de un gran esfuerzo. Todas son las categorías en las que he tenido la dicha de trabajar: juvenil, tercera, segunda B, segunda, primera.

Después de la excelente racha de nuestro Sevilla F.C. el destino ha querido que se cruce en mi sendero un reto profesional que supone el más ambicioso de los que jamás he recibido. Pero ¿y el Sevilla F.C.? Para mí el equipo de Nervión representa algo más que un conjunto donde entrenar. Mi vida personal y profesional está vinculada en torno a esta ciudad tan alegre como humana, tan sensible como enriquecedora. Pero también tengo una familia que ha sufrido por mi profesión por esa característica de efímera y titubeante que marca el depender de resultados.

Los malos marcadores condenan al técnico y a veces, aunque resulta insólito, un entrenador también puede recibir una propuesta de trabajo irrechazable a mitad de temporada. Y este reto a mi me ha llegado ahora. No en junio, en octubre.

La pasión de todos vosotros no entenderá de mi emoción y decisión, algunos incluso os enojareis, pero hay veces que es irrechazable la oportunidad que te brinda la vida. Hay trenes que no tienen retorno aunque no paren en el arcén en el momento más adecuado. Y hoy, amigos, os aseguro que en este caso, después de cerca de veinte años de carrera sería imperdonable no aceptar un proyecto que representa la posibilidad de crecer desorbitadamente a una persona humilde como yo que ya ha cumplido la cincuentena. Es una propuesta profesional que supone la culminación a mucho esfuerzo y sacrificio personal y de mi entorno.

El Sevilla F.C. es mucho más grande que un técnico o un jugador. La grandeza de su afición es algo innato, es imposible de concebir su pasión y entrega si no se convive con ella; por eso estoy convencido que la profesionalidad y honestidad de todos los miembros de esta centenaria entidad van a aprovechar esta singular coyuntura de mi adiós para enderezar mucho más el rumbo de una temporada que comenzó dubitativa. Yo sólo he sido una parte de un engranaje que funciona excepcionalmente y que va a obtener el mérito del triunfo seguro de nuevo esta temporada.

Los profesionales son extraordinarios, la perspectiva es enorme. El Sevilla F.C. va a ser todavía mucho más grande tras mi marcha. Ese es mi más sincero deseo porque el profesional disfruta y padece pero la persona siente y vive con estima y pasión. Mi corazón se queda en Nervión pero por mi familia y mi profesión es imposible no marchar a Londres. A la familia roja y blanca del Sánchez Pizjuán sólo deciros que podré ir muy lejos pero, amigo sevillista, te aseguro, que nadie estará nunca tan cerca de vosotros.

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