Hola Familia:
Cuando aún resuenan los ecos de todo lo que hemos vivido estos días, me atrevo a escribiros esta carta. No sé si os llegará, no sé si la leeréis, pero me veo en la obligación moral, porque después de todo yo también necesito desahogarme, aunque solo sea un poco.
Y es que, este que os escribe, desgraciadamente entiende perfectamente todo por lo que estáis pasando porque yo también perdí a lo que más quería de forma cruel e injusta por lo que pienso que mi maldita experiencia puede que os sirva de algo. Porque tres días después sigo llorando por Antonio Puerta, por vuestro y nuestro Antonio.
El próximo mes de Diciembre hará tres años de la muerte de mi sobrino de siete años, que se vió injustamente en medio de un tiroteo criminal en la famosa localidad de Marbella. Más de treinta balas cegaron la vida de mi niño de la forma más cruel que uno pueda imaginar. Mi sobrino era para mí como el hermano pequeño que nunca tuve, ya que prácticamente se crió en mi casa al trabajar mi hermana. Os podéis imaginar lo que aquello significó para mí y para toda mi familia. A todos nos cambió la vida. Yo tuve que dejar mi Carrera de Farmacia y ocupar el sitio de mi hermana en la empresa familiar y aún hoy no puedo decir que me haya recuperado, ni creo que lo haga nunca.
Sin embargo, aquello me demostró la solidaridad y el sentimiento de mucha, de mucha gente, de mucha gente anónima, de muchos a los que ni siquiera conocía. El impacto de la noticia en la sociedad hizo posible verme arropado por muchas personas que me ayudaron a levantarme y a afrontar el golpe con la mayor entereza posible. En aquél entonces, yo dirigía una banda de cornetas, y la movilización que se produjo en el mundo cofrade es algo que jamás olvidaré. Recuerdo como si fuera ayer, de esos días, los cientos de mensajes, cartas y mails que recibí de todos los puntos de la geografía española. Recuerdo la llamada del programa El Llamador de Canal Sur radio. Recuerdo el apoyo de todo un foro cofrade, el desaparecido de El Nazareno, que se tradujo en una misa en la Capilla de la Estrella de Triana, con presencia de los Hermanos Mayores de la Estrella y San Gonzalo y con la presencia de cientos de personas, algunos de ellos que se habían desplazado incluso desde otras provincias para estar junto a mí. Recuerdo, el emotivo minuto de silencio que se guardó en el Estadio del Real Betis.
Todas estas iniciativas como digo, me sirvieron para seguir adelante y levantarme. Por eso estos días, cuando he visto cómo se movilizaba la gente, me tranquilizaba pensar que nunca estaríais solos, y creedme, nunca lo estaréis, porque las personas de buen corazón, que las hay y muchas, siempre estarán pendientes cuando necesitéis algo. Aprovechad lo que Antonio Puerta ha conseguido hacer y apoyaros en toda esa gente, tanto los conocidos como los anónimos, porque ya veréis como lo agradecéis y os ayuda a salir de ese túnel en el que ahora mismo os encontráis.
He leído por ahí, que sois una familia creyente, así que supongo que en estos días habréis visto vuestra fe tambalearse hasta extremos insospechados. Pues no penséis en ello porque Dios no es malo ni se ha llevado a Antonio por capricho. Si os dais cuenta, Dios siempre se lleva a los buenos, ¿por qué? Muy sencillo. Es tanta la maldad, la miseria y la crueldad que corroe a nuestro mundo que Dios necesita allí arriba a gente buena de verdad que le ayude a intentar controlar el destrozo constante al que sometemos nuestra vida en la tierra. Por eso Dios, en su día tuvo que llevarse a un inocente como mi sobrino o ahora ha tenido que llevarse a una persona de la valía y calidad humana de Antonio Puerta. Y debéis sentiros orgullosos de ello. Y porque yo estoy convencido de que Antonio era así. Yo no lo conocía personalmente, pero estoy seguro de que era así por un detalle de grande que le ví. Este año acudí al primer entrenamiento del equipo tras ganar nuestra segunda UEFA y hubo un momento en el que todos los futbolistas pasaron junto a mí. Yo no conocía a ninguno, ni ellos a mí, desde luego, pero Antonio, al pasar a mi lado, me saludó y me dio los Buenos Días como lo haría con cualquier persona a la que conoce de hace tiempo. Entonces pensé, este tío es grande.
Y es que yo creo que Antonio tenía una misión en este mundo y que se ha ido una vez la ha cumplido. Porque se le notaba que era diferente a todos. No solo por aquél Gol que nos cambió la vida a los sevillistas, sino por muchos otros detalles. Antonio era tan grande que no permitió que lo viéramos sin vida en nuestro templo. Fue capaz de levantarse y sobreponerse a ese primer golpe para salir por su propio pie y que nadie se diera cuenta de que era el momento de decir hasta luego, porque él no se ha ido ni se irá mientras sigáis teniéndolo presente, mientras sigáis hablándole cada día, contándole lo que habéis hecho esa mañana al salir a la calle, vuestras preocupaciones, vuestras alegrías, y creedme, sentiréis cómo os contesta. Aprovechad si soñáis con él y contadle cómo estáis y que os vea fuertes, porque él no os quiere ver hundidos. Fue grande hasta para organizar todo y ser enterrado el mismo día en que se cumplían 60 años de la muerte de Manolete, figura de su pasión en la niñez. Decía en su última entrevista que ya había cumplido sus sueños, qué grande. Incluso ha conseguido unir lo que parecía imposible y movilizar a todo el planeta, y eso solo lo consiguen los grandes, como Antonio.
El cuerpo de Antonio se ha ido, pero ahora, debéis de sentir orgullosos que en realidad sigue aquí. Porque ha nacido un mito, y porque Antonio Puerta será recordado por todas y cada una de las generaciones sevillistas que vendrán en un futuro. Porque cada vez que un niño pregunte quién fue Antonio Puerta, su historia volverá a mantenerlo vivo. Porque será ejemplo a seguir de todos y cada uno de los niños de la cantera sevillista, el modelo a seguir y a imitar, porque fue un Canterano que:
Jugó en el Sevilla toda su carrera
Fue Internacional con España siendo jugador del Sevilla
Se hizo famoso jugando en el Sevilla
Ganó 5 títulos con el Sevilla
Marcó el Gol que llevó al Sevilla a su primera final europea
Fue miembro destacado del Sevilla elegido mejor equipo del mundo.
¿Qué más quiere un sevillista que todo lo que él ha vivido?
Y sentiros orgullosos porque además, ha tenido tiempo de dejaros a una prolongación de él en ese niño que viene de camino. Aferraros a él porque Antonio también os lo ha querido dejar antes de irse. Nada en esta vida es casualidad, creedme.
Hay que levantarse y mirar al cielo, buscarlo y encontrarlo y sentirse reconfortado por ello. Sevillista hasta la muerte, ¿veis?, nada es casualidad. Esa frase que el sevillismo ha hecho una oración desde hace tanto tiempo ha adquirido ahora todo su significado, y es que no era casualidad.
Antonio ha sido grande en Vida, pero lo será aún más tras su muerte, Antonio será Eterno, Gigante para todos.
Gracias Antonio por todo lo que nos has dado. Y a vosotros, su familia, desearos lo mejor, ponerme a vuestra disposición y daros las Gracias por dejarnos compartir a Antonio con todos nosotros.
Descansa Antonio, descansa, tu misión aquí ha acabado, ahora tendrás una nueva en el Tercer Anillo, y cumplirás con ella, Dios bien lo sabe.
Blog Personal para hacer mis propias reflexiones.
viernes, 31 de agosto de 2007
CARTA A LA FAMILIA DE ANTONIO PUERTA
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1 comentario:
Hola,
es la primera vez que escribo en un sitio ajeno a mi blog sobre el inesperado suceso que se llevó de esta manera cruel a Antonio Puerta.
No soy sevillista, ni siquiera le conocía. Vivo en Salamanca y, apenas futbolera, veo a veces algún partido Barça-Madrid, apoyando en el fondo de mi corazón a mis amados blaugranas, equipo al que adoro desde que era una cría, pero no me considero una forofa ni una fanática.
Dejando aparte esto, la noticia de lo que ocurrió estos días me estremeció el alma, así como tus palabras me han llegado demasiado adentro.
Perder a alguien cercano es muy duro, más si le queda toda una vida por delante, tal como le ocurrió a tu sobrino (lo siento de corazón), tal como le ha ocurrido a Antonio (mi más sincero pésame para ti, para las personas que sufren como tú, para todos los sevillistas y, muy especialmente, para su familia y para ese hijo que crecerá con la ausencia de esa figura paterna).
A mi manera, yo también me desahogo porque, aunque algo lejano, a mí esta semana también me dio un vuelco el corazón.
Sinceramente, la vida es demasiado cruel, demasiado injusta... Con cosas así te das cuenta de que es tan frágil como un cristal, tan efímera como ese momento presente que a cada segundo se ha convertido en parte del pasado, tan leve como la pluma que cae pausadamente...
Sé lo mucho que a mí me afectó lo de Puerta, así como le ha afectado a todo el país. No es justo que un joven de 22 años se haya ido para siempre, que no haya podido disfrutar de tantos años, tantas victorias, tantas copas, de su hijo, de su familia. No es justo, no. Es algo que te pilla tan inoportunamente...
Lloré, lloré como toda España. Me afectó demasiado. Sentí que algo se había ido y ya no volvería. Antonio se llevó una parte de todos y cada uno de nosotros... Pero también ha dejado una huella inmensa. Yo no le conocía y sé que en mi corazón siempre habrá un hueco para él. Simplemente no se merecía algo así. La Dama Negra no mira edad, ni color, ni fronteras... Pero estoy segura que estén donde estén, tanto Antonio como tu sobrino, como todos aquellos que nos dejaron a temprana edad... estarán en un lugar mejor y allí, desde las estrellas, sonreirán con nuestros triunfos, se entristecerán con nuestros fracasos, nos ayudarán en las dificultades, pero sobre todo velarán por nosotros, para lo bueno y para lo malo. Lo importante es que nunca dejemos de recordarlos, pues mientras vivan en nuestros recuerdos siempre se mantendrá viva su llama...
Sí, soy una persona ajena a Sevilla, a Antonio Puerta, pero sin embargo, su marcha repentina no me dejó indiferente, como a los miles y miles de personas que han llorado su muerte, como a los miles y miles de aficionados que le echan de menos, como a su círculo cercano, a los que les costará asimilar el vacío que ha dejado en sus corazones.
La vida sigue. Antonio seguirá con nosotros. Solo hay que alzar la vista al firmamento y encontrar entre las estrellas aquella que brille más.
Muchos ánimos para todos.
Ana
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